La terapia cognitivo-conductual es una forma de tratamiento psicológico orientada a la acción en la que el psicólogo y el paciente trabajan en equipo para identificar y resolver problemas. Este tipo de terapia asume que los patrones de pensamiento erróneos causan una conducta desadaptativa (que interfiere de manera contraproducente en la vida diaria) y emociones «negativas».
Los psicólogos ayudan a los pacientes a superar sus problemas a través de un tratamiento enfocado a la modificación de la manera de pensar, de modo que se obtenga el cambio de la conducta y del estado emocional, que es aquello que el paciente desea.
Se trata de la estrategia de intervención clínica más utilizada y con mejores resultados en todo el mundo.
¿CÓMO FUNCIONA?
Opera sobre las conductas, los pensamientos, las emociones y las respuestas fisiológicas del paciente.
Consta de tres etapas: la evaluación, el tratamiento propiamente dicho y el seguimiento.
¿QUÉ CARACTERÍSTICAS TIENE?
1. Se enfoca en el presente inmediato: en qué y cómo una persona piensa, más que en el por qué una persona piensa de tal manera.
2. Se enfoca en problemas específicos. En las sesiones se identifican problemas de emociones, pensamientos y conducta. Cada problema se atiende específicamente.
3. Está orientada a metas. Al trabajar con su psicólogo, a los pacientes se les solicita que definan metas para cada sesión y a largo plazo.
4. Es de tiempo limitado. Normalmente, el tratamiento dura entre tres y 15 sesiones.
5. Los pacientes toman un rol activo en el aprendizaje en el transcurso de las sesiones. A menudo se les entregan tareas para realizar en casa al final de las sesiones, y son revisadas la siguiente sesión.