Los pensamientos son poderosos. Tus pensamientos se convierten en tu realidad. Lo que sea que tengas en mente de manera constante es exactamente lo que experimentarás en tu vida.
¿Cómo hacer de tus pensamientos tus aliados y cómo no darle mil vueltas a las cosas para no desperdiciar tu energía? Si quieres parar de pensar demasiado, sigue leyendo.
¿Qué es pensar demasiado?
De la importancia de la calidad de tus pensamientos se dan cuenta las personas más felices y exitosas del mundo, y la única diferencia entre ellos y los demás es que pueden aprovechar el poder de los pensamientos para ayudarles a lograr sus metas. Han aprendido a dejar de pensar demasiado y a empezar a actuar.
La buena noticia es que no naciste pensando demasiado y dándole mil vueltas a las cosas. Pensar demasiado es el resultado de un hecho de la existencia humana: todos seguimos ciertos patrones en nuestra conducta. Estos patrones, tanto buenos como malos, se desarrollan con el tiempo en función de las experiencias de la vida. Y así como los patrones se aprenden, también se pueden desaprender.
La clave es responder a la pregunta “¿Por qué pienso demasiado en todo?”, y luego tomar las medidas adecuadas para modificar tu forma de pensar y hacerlo de modo más efectivo. No obstante, eso puede ser más fácil decirlo que hacerlo.
Si eres un pensador excesivo crónico, probablemente hayas tenido noches de insomnio en las que tu cerebro simplemente no se apaga. Nos sucede a todos en algún momento de nuestras vidas: todos experimentamos eventos que nos causan preocupación o estrés. Si bien es parte de la naturaleza humana pensar bien las cosas al tomar una decisión o evaluar una situación, se convierte en pensar demasiado cuando no puedes salir de tu propia cabeza.
La definición clásica de pensamiento excesivo es “pensar en algo demasiado o durante demasiado tiempo”. Entonces, ¿cuándo el simple hecho de pensar se convierte en pensar excesivamente? La respuesta es cuando parece que no puedes apagar tus preocupaciones.
Es cuando piensas tanto que te paralizas, incapaz de tomar una decisión o emprender ninguna acción. Y nunca es bueno para ti.
¿Cuáles son los síntomas de que piensas demasiado?
Si aún no estás seguro de si realmente necesitas aprender cómo dejar de pensar demasiado, tómate un minuto para preguntarte si tienes alguno de estos síntomas de pensar demasiado.
1. Te agobia el futuro.
Haces predicciones catastróficas sobre eventos improbables que aún no han sucedido y que te impiden disfrutarde tu presente.
2. Rumias sobre el pasado.
Te castigas por los “debería” y los “y si yo hubiera…” y no puedes dejar atrás el pasado y seguir adelante.
3. Te estres la opinión de los demás sobre ti.
Si repites cada interacción y situación social en tu mente, podría ser la ansiedad social lo que te está causando pensar demasiado .
4. Permites que la negatividad se acumule en tu mente.
Toma nota de tu monólogo interior. Un diálogo interno negativo es un síntoma revelador de pensamiento excesivo.
5. Tienes “parálisis por análisis”.
Reproducir todas las opciones en tu cabeza puede significar que tienes tanto miedo de tomar la acción equivocada que directamente no tomas ninguna acción.
6. Te encuentras deprimido o estresado.
Pensar demasiado puede aumentar los síntomas asociados a la depresión, elevar tus niveles de estrés y nublar tu juicio.
¿Por qué piensas demasiado en todo?
Antes de que puedas aprender a dejar de pensar demasiado en todo, debes llegar a la verdadera raíz del problema. A menudo pensar demasiado es una causa o una consecuencia de la ansiedad o la depresión. Si este es el caso, puedes trabajar con un psicólogo tu ansiedad o depresión para reducir el pensamiento excesivo.
También puedes darte cuenta de que pensar demasiado solo se materializa cuando necesitas tomar una decisión difícil en la vida o estás lidiando con sus inseguridades. Este tipo de pensamiento excesivo puede parecernos un beneficio: pasar por diferentes escenarios en tu cabeza es una buena manera de tomar decisiones complicadas, y visualizar tus objetivos es un paso esencial para alcanzarlos.
Sin embargo, cuando piensas demasiado no es racional y no es parte de una estrategia efectiva. Incluso puede causar actividad en su cerebro que puede ser perjudicial para ti. Dicha actividad cerebral excesiva empeora notablemente la calidad de vida.
También puede haber importantes consecuencias psicológicas. La rumiación, o involucrarse en pensamientos negativos repetitivos que no tienen una solución real, puede generar trastornos de la conducta alimentaria, autolesiones, ansiedad y depresión. La rumiación y otras formas de pensar demasiado son a menudo síntomas de problemas emocionales más profundos, que tendrían que abordarse en profundidad.
¿Cómo dejar de pensar demasiado?
Mucha gente se pregunta “¿Por qué pienso demasiado en todo?” y nunca llega a una respuesta. Pero el estrés y la preocupación son emociones, y todos podemos controlarlas. Es hora de enfrentarte a tus pensamientos rumiativos que te generan malestar para que puedas superarlos. Utiliza estos siete consejos, basados en la investigación científica, para dejar de pensar demasiado y empezar a sentirte liberado de tu “cárcel” mental.
1. Identifica tus patrones de pensamiento que te generan malestar.
Los patrones de pensamiento negativos y destructivos se presentan de muchas formas, y algunas son peores que otras. Estos patrones de pensamiento tienden a surgir en momentos de estrés y conflicto y contribuyen a los efectos negativos de pensar demasiado. Dos de los patrones más comunes son la rumiación y la preocupación incesante.
Rumiar significa que hay un solo pensamiento o varios pensamientos conectados que son causantes de malestar y que pasan por tu mente una y otra vez. Esto puede contribuir a la depresión y alejar a las personas de tu entorno. Con una preocupación incesante, constantemente anticipas y te estresas por casi cualquier cosa que salga mal en tu vida. La preocupación constante no parece estar relacionada con un evento específico en tu vida, sino que está profundamente relacionada con tus creencias limitantes y tu historia.
2. Relaciónate correctamente con tu pasado.
Todos nos contamos historias a nosotros mismos. La pregunta es: ¿tu historia te empodera o te frena?
Las historias que nos contamos sobre quiénes somos impactan cada aspecto de nuestras vidas. Los que piensan demasiado se dirán a sí mismos: “Siempre me he preocupado” o “Soy de manera innata más ansioso que los demás”. Estas son historias que te retienen y pueden ser especialmente difíciles de cambiar si nunca te has preguntado “¿Por qué pienso demasiado en todo y cómo puedo mejorarlo?”
Para superar tus creencias limitantes, primero debes identificarlas. Luego, puedes darte cuenta cuando comienzas a contarse estas historias negativas y reemplazarlas por otras positivas, como “Estoy a cargo de mis emociones”. Una vez que cambies la historia que te cuentas, cambiarás tu vida.
3. Deja ir el pasado.
Los que piensan demasiado a menudo se enfocan en el pasado, gastando energía en “qué pasaría si hubiera…” y “debería haberlo hecho”. Aquellos que entienden cómo no pensar demasiado saben que el pasado es solo eso. No se puede cambiar. Lo único que puedes cambiar es el significado que le das.
Dejar que tu pasado se quede atrás significa que no permites que tus errores controlen tus decisiones futuras, y de este modo las cosas malas que te han hecho o sucedido controlen tus emociones. Te perdonas a ti mismo, perdonas a los demás y dejas ir tu ira y tu frustración. Es una de las formas más significativas en las que puedes cambiar tu historia.
4. Vive el momento.
Vivir el momento es clave para aprender a dejar de pensar demasiado . La mayoría de las personas no pueden simplemente encender un interruptor y vivir el momento, ¿o sí?
Puedes tomar el control de tu mentey detener las emociones negativas en seco. Identifica el pensamiento excesivo antes de que se salga de control y tómate un minuto para reiniciarlo. Respira y concéntrate en el momento: ¿qué estás escuchando y viendo?
Al principio, tomarás conciencia. Prácticas habituales como la meditación pueden ayudarte a volver a entrenar tu cerebro para vivir el momento. Pronto descubrirás que empiezas a hacerlo de forma natural.
5. Céntrate en las soluciones.
Identifica tus problemas, pero da tu poder y energía a las soluciones. Has identificado las verdaderas razones de tu estrés y ansiedad, pero tu trabajo no ha terminado. La única manera de aprender a dejar de pensar demasiado para siempre es tomar realmente las riendas de tu vida.
Si su pensamiento excesivo es causado por el estrés en el trabajo, reconsidera tu trayectoria profesional. Si no estás donde quieres estar en la vida, fíjate metas para que puedas llegar allí. Si sientes que la vida está fuera de tu control, toma la decisión hoy de volver al volante. Estos son grandes movimientos, y requieren agallas. Recuerda: nadie controla tu realidad excepto tú.
6. Toma el control de tus emociones.
Vivir el momento no significa enterrar tus emociones negativas. Para dominar tu mundo emocional, debes reconocer aquello que sientes e identificar sus causas fundamentales. Cuando te sientas ansioso, nervioso o preocupado, profundiza más. A menudo se trata de enfrentar tus miedos más grandes, como no sentir que tienes el control de tu vida o no progresar de la manera que te gustaría. Toma conciencia de las causas fundamentales de tu pensamiento excesivo y empieza a hacer progresos para detenerlo antes de que se salga de control.
7. Plantéate las preguntas correctas.
Hacerse las preguntas equivocadas, como “¿Por qué pienso demasiado en todo ?” una y otra vez no te ayudará a identificar lo que realmente está pasando en tus pensamientos o en tu vida. Solo facilitarán más pensamientos excesivos.
Concéntrate en preguntas enfocadas a la solución de problemas que sean proactivas en lugar de aquellas que desencadenan la rumiación. En vez de preguntar “¿Por qué todas mis relaciones se vuelven tóxicas?” pregunta “¿Qué energía estoy proyectando que atrae a personas que finalmente resultan negativas?”.
Cuando haces preguntas que te permiten hacer cambios en tu propio comportamiento y avanzar de una forma más sana, puedes reducir el pensamiento excesivo y mejorar tu vida.
Sobre mí
Psicólogo en Valencia | Julio García
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