Pulso acelerado, temblores, presión en el pecho, boca seca, nerviosismo, preocupación constante… Quizás reconozcas estos síntomas. La ansiedad está presente en la vida de muchos. ¿La buena noticia? Es posible deshacerte de esta molesta sensación si cuentas con las herramientas adecuadas.
El interruptor en la cabeza y las emociones
Muchas veces parece que tenemos un interruptor en la cabeza. En el momento en que una emoción desagradable o un recuerdo doloroso aparece, es como si este interruptor se encendiera y empezáramos a luchar contra él.
Por ejemplo, supongamos que surge la ansiedad, una emoción muy común y molesta que todos experimentamos. La ansiedad se presenta, el interruptor se enciende y pienso:
“¡Tengo ansiedad! No me gusta la ansiedad. ¡Quiero que se vaya esta ansiedad!”
Ahora tengo ansiedad pensando en la propia ansiedad, así que va creciendo. Con el interruptor encendido, ahora me digo a mí mismo:
“¡Mi ansiedad está subiendo! ¿Cómo puedo deshacerme de ella? ¡Tengo aún más ansiedad!”
Más tarde, tal vez me enfade por tener ansiedad:
“¿Por qué sigo estando ansioso? ¡Odio esta ansiedad!”
Después, puedo empezar a sentirme triste por estar enfadado:
“¡Qué desastre! Mi vida no vale nada”.
Luego, podría sentirme culpable por mi tristeza ya que estoy enfadado:
“¿Cómo puedo ser tan egoísta cuando hay niños que se mueren de hambre en África?”
Mis emociones se amplifican cuando mi interruptor está encendido. Siento culpabilidad por mi tristeza por mi enfado por mi ansiedad por estar ansioso. Esa amplificación de las emociones les da más poder sobre mi vida. Esto me hace sentir exhausto y agobiado.
¿Qué pasa si soy capaz de apagar el interruptor de mi cabeza?
Ahora, con el interruptor apagado, imaginemos que la ansiedad aparece otra vez. No es que me guste o la desee, simplemente no voy a luchar contra ella. No voy a dedicar mi tiempo, mi energía o mi esfuerzo para pelear contra esta emoción. En vez de eso, la voy a utilizar para hacer actividades que den sentido a mi vida, como pasar tiempo con mis seres queridos. Ahora, con el interruptor apagado, la ansiedad tiene la opción de poder desaparecer.
Puede que vaya a más. Puede que vaya a menos. Tal vez dure tiempo. Tal vez muy poco. Lo importante es que puede ir variando. Ya no se ve amplificada por las otras emociones que la hacen más grande y pesada, e impiden que se marche con facilidad.
La ansiedad, la preocupación o el miedo forman parte de la vida. Todos el mundo tiene ansiedad alguna vez. Pero cuando surge la ansiedad y nuestra lucha interna se apaga, es mucho más fácil llevarlo bien que cuando intentamos pelearnos contra ella porque el interruptor de nuestra cabeza está encendido.
Sobre mí
Julio García | Psicólogo en Valencia
Me llamo Julio García y soy psicólogo en Valencia. Te ayudaré a sentirte mejor si tienes problemas de ansiedad, pareja, autoestima, indecisión o depresión.